“Lento, pero seguro”, así debió ser la construcción, adecuación y arreglo de la doble calzada de la vía Las Palmas que desde mayo de 2006 se viene realizando, tras presentar graves problemas de inestabilidad geológica. Trancones, deslizamientos de tierra y pantano en la vía es el panorama que todos los Medellinenses podemos apreciar desde hace más de 3 años, sin embargo, la expectativa de poder tener un paso vial bueno y que permita el desplazamiento de forma segura es lo que nos ha llevado a una espera pasiva.
Debido a los próximos Juegos Suramericanos, que se realizarán en la ciudad a partir del 19 de marzo del presente año, “El gerente de Concesiones de la Gobernación de Antioquia, Rodrigo Caicedo Villegas, informó que a mediados de febrero se dará apertura total de la vía Las Palmas”, según publicó el Colombiano el 28 de enero de 2010.
La obra se agilizará en cuanto a muros y trenes para permitir el acceso de vehículos, pero uno de los problemas más graves, que como dije anteriormente, es el problema geológico de la zona, se ha dejado para después, todo con el fin de que los turistas puedan transportarse tranquila y cómodamente por todas las calles de Medellín.
¿Qué sucede entonces con el problema principal?
Tras invertirse varios millones de pesos en la pavimentación de Las Palmas, se comenzaron a presentar frecuentes deslizamientos de tierra, que constantemente dejaban víctimas, no mortales, pero si carros dañados, personas heridas y el tan mencionado caso del ciclista atrapado entre la tierra y las piedras. No entiendo porque entonces no se trabajó primero en las montañas, en la adecuación y los estudios geológicos.
Sin embargo, está muy claro: lo principal es que para los Juegos Suramericanos, Medellín sea una ciudad ejemplar para las demás ciudades del país y Latinoamérica en cuanto a infraestructura, que se vea como una ciudad globalizada y muy al “son” de las Europeas o norteamericanas.
El problema es que seguramente en unos cuantos años o tal vez meses, la vía volverá a tener deslizamientos, algo muy parecido al caso del Corregimiento de Santa Elena donde constantemente se presenta el mismo problema. Lo que lleva de nuevo a más gastos y a inversiones perdidas.
Me pregunto por qué no hacemos bien las cosas desde el principio, por qué tenemos que esperar a que se presenten problemas y víctimas, por qué siempre dejamos a un lado la naturaleza, siendo ésta capaz de pronunciarse como lo hizo aquel 18 de noviembre del 2008, enterrando buena parte de la Unidad Residencial Alto Verde del Poblado y terminando con la vida de varias personas, un ejemplo, de los miles que se han presentado en nuestro departamento.