
El mundo en general se ha convertido en una sociedad “inculta” (poco cultivadora del arte, refiriéndome a arte como lo que ejercemos diariamente, como comunicamos) donde este se malinterpreta intencionalmente por entes políticos o subversivos, que logran acaparar la libertad artística y que además se ha limitado a medir su desarrollo a partir de lo económico, es difícil lograr que los artistas (podemos ser todos) seamos valorados por lo que comunicamos, de hecho muchas veces se nos denomina como facilistas, sin embargo nuestro quehacer ayuda a trasformar los pensamientos, esas mentalidades contaminadas por lo bastardo que ha creado el hombre. Nuestra mano de obra debe crear libertad, trasmitir conocimiento y permitir diversidad.
Hay varios conceptos fundamentales que se deben utilizar para crear una rigurosa obra de arte: analizar, ir más allá de la percepción, organizar las ideas, interpretar, tomar decisiones de enfoque sin crear una delimitación de éste, dar sentido a las cosas; pero puedo decir que me parece el concepto más importante, no tener juicios morales, no dejarse llevar por lo que pienso o creo, ya que asimismo nos creamos una restricción, no sólo a nosotros, también a la sociedad que visualiza o escucha nuestras creaciones. Es así como muchas veces nos abstenemos de apreciar la diversidad, porque nos quedamos en la idea de belleza, la idea superficial que olvida la esencia, el mensaje y lo interior de una obra de arte.
Hay que ser racional artísticamente, no privar a los demás de ver el mundo desde otros puntos de vista, se trata de no cegar a los demás con nuestro único y “limitado” conocimiento, ya que nos podemos conocer todo. Se trata de expandir menten.